Durante los últimos dos años, la limpieza y la higiene tomaron un papel fundamental para la salud y la construcción de ambientes seguros. Comprendimos que el cuidado es una prioridad para quienes más queremos, y por eso nos preguntamos a diario cuál es la mejor manera de protegernos de todo aquello que no podemos ver, pero aun así puede llegar a afectar nuestra salud y calidad de vida.

Ese cuidado que tanto buscamos debe empezar con una protección proactiva en todo momento y lugar, por eso, te presentamos tres poderosas formas de cerrar las puertas de tu casa a virus y bacterias.

1. Hacer de tu piel el mayor escudo contra los gérmenes

La piel siempre será la primera barrera de defensa contra los gérmenes, por eso debemos cuidarla con productos que no solo sean suaves al tacto sino además efectivos en la limpieza, como toallas o pañuelos desechables que fácilmente se descarten después de su uso para de esta manera prevenir la propagación de virus y bacterias.

2. Hábitos de limpieza diarios

La higiene personal es fundamental para prevenir patógenos que pueden llegar a afectar nuestra salud. Un primer gran hábito es el lavado de manos frecuente, con una duración mínima de 20 segundos; así mismo está el uso de pañuelos desechables al momento de toser o estornudar, la manipulación y limpieza cuidadosa de los alimentos antes de consumirlos y la desinfección constante de las superficies de nuestro hogar.

3. Implementar medidas preventivas

Por nuestras manos pasan gran cantidad de gérmenes que pueden poner en riesgo nuestra salud. Por eso, vale la pena implementar medidas preventivas tanto al salir de casa como cuando recibimos extraños en ella. Toma precauciones como lavar tus manos, contar con gel antibacterial a la mano y siempre llevar contigo pañuelos desechables; recuerda que son múltiples las superficies que tocas en espacios públicos y los riesgos que corres en casa al recibir, por ejemplo, un domicilio.